Millones de vidas truncadas después,
tantas,
ha regresado el fantasma de su asesino,
y entre oropeles de legalidades vigentes,
será bien tratado,
mejor que cualquier muerto.
Millones de vidas inocentes después,
tantas,
unos cuantos jueces se han blindado,
todos en uno,
porque ninguno ha querido moverse,
de una foto sin miedo al futuro.
¿Como es posible que tanta unanimidad haya tenido que esperar tanto?
¿Quién ha sido el maldito que lo ha consentido?
¿Qué clase de confabulación oculta nos ha gobernado,
mientras tantos iban cayendo,
sin que Nadie con mayúsculas se acordara de ellos?
¿Qué es lo que nos derrotaba siempre,
cada día de nuestras propias vidas
una y mil veces?
Millones de vidas truncadas,
inocentes,
propias y después,
tantas,
seguimos muertos.