La hotelera se ha comprometido a reducir un 13% las emisiones de los alcances 1 y 2 (aquellas generadas por su propia actividad) hasta 2023, y 51% para 2035, tomando como referencia el año 2018. Asimismo, se compromete a reducir las emisiones de alcance 3 (indirectas) un 6% y 21% hasta 2023 y 2035 respectivamente.
Con ello, la compañía se alinea con los compromisos alcanzados en la Convención Marco de las Naciones Unidas, que culminó con el Acuerdo de París en 2015, y que tiene como objetivo fundamental evitar que el incremento de la temperatura media global supere los 2 grados centígrados.
La iniciativa SBTi tiene su origen en la colaboración entre el Carbon Discloure Project (CDP), el Pacto Mundial de Naciones Unidas, World Wide Fund for Nature (WWF), y World Resources Institute (WRI), para fomentar compromisos de reducción de emisiones más ambiciosos en el sector empresarial y garantizar la transición hacia una economía baja en carbono.
Para la consecución de estos compromisos, la compañía trabaja en diferentes líneas de actuación. Por un lado, a través de su proyecto CO2perate, Meliá está optimizando la gestión, consumo energético y monitorización en las principales instalaciones de más de un centenar de hoteles. Globalmente, se estima que la reducción en el plazo de cinco años sea de 130.500 MWh y 66.000 toneladas de CO2, el equivalente a la plantación de 3,300 millones de árboles.
La hotelera también apuesta por la adquisición de energía renovable con garantía de origen desde 2014. En la actualidad, ya ha logrado que en algunos países donde opera, como España, Italia, Francia, Reino Unido o Alemania, el 100% de su consumo provenga de estas fuentes.
Otra de las acciones más importantes es la incorporación de criterios de eficiencia energética en las compras y subcontratación de servicios, el impulso de una cadena de suministro responsable con el medioambiente, la medición de los residuos generados y/o la eliminación de plásticos de un solo uso.