Sin embargo, según han aclarado desde la UIB en una nota de prensa este lunes, la posibilidad de infección en las personas es baja, ya que en Balears no se consumen caracoles crudos, que es como podría darse el contagio y, por el momento, no se ha detectado ningún caso.
El gusano ha sido detectado en dos ejemplares de erizos que llegaron enfermos en 2018 al Centro para la Recuperación de Fauna Silvestre del Consorcio de Recuperación de la Fauna de las Islas (Cofib) con síntomas de enfermedad neurológica.
En este sentido, con las necropsias, les detectaron varios ejemplares de dichos gusanos, incluyendo hembras maduras sexualmente y con huevos, en el cerebro de ambos erizos.
El análisis morfológico sugirió inicialmente que podía tratarse de ejemplares de Angiostrongylus cantonensis, una sospecha de los investigadores de la UIB que se terminó confirmando gracias a la secuenciación del ADN de los ejemplares.
Desde la UIB han añadido que el hallazgo se ha publicado recientemente en la revista científica 'Eurosurveillance'. El estudio lo ha dirigido la doctora Claudia Paredes, y han participado Sofía Delgado y Miguel Ángel Miranda, del grupo de investigación en Zoología Aplicada y de la Conservación de la UIB; José Antonio Jurado, del Laboratorio de Genética de la UIB, y Jessica Sola, Miquel Puig y Nieves Negro, del Cofib.