Así se ha expresado Horrach durante la presentación del libro 'Manos Limpias, manos sucias', del periodista Javier Chicote, que profundiza en los casos de corrupción que rodean al sindicato. "Me hicieron daño, igual que hicieron daño a muchísima gente", ha enfatizado Horrach.
En su presentación del libro, Horrach ha declarado que Manos Limpias -el sindicato que acusó a la Infanta Cristina en el caso Nóos- funcionaba "presentando continuamente denuncias" persiguiendo la "destrucción social" de sus víctimas, sin importar "ni cómo, ni quién estaba delante". De hecho, el que ejerció la acusación pública en el caso Nóos ha explicado que fue objeto de varias demandas por parte del sindicato, que fueron desestimadas.
Por ello, Horrach ha defendido la eliminación de la acusación popular en el sistema judicial español, una figura que "no existe en ningún otro país del mundo", ha recalcado.
Para reforzar este posicionamiento, Horrach -que hoy ejerce de abogado en un despacho privado- ha argumentado que esta figura "no está sometida a las prescripciones que determina el fiscal", y "lo único que provoca son distorsiones". En esta línea, ha recalcado que la acusación popular "no tienen interés directo" en la causa "porque no son perjudicados" pero "pueden interferir". "¿Qué sentido tiene?", se ha preguntado.
Por su parte, el periodista Javier Chicote ha explicado que con el libro ha querido hacer una "radiografía" de Manos Limpias, organización que, ha recordado, "no ha destapado nada".
En particular, Chicote ha incidido en que los representantes del sindicato "se personaron en Nóos cuando Urdangarin ya estaba imputado", y lo hicieron, a opinión del periodista, al ver la posibilidad de obtener atención mediática.
Chicote ha hablado de las "presiones" y las demandas recibidas por su trabajo de investigación y ha insistido en que "hacer periodismo de calidad es caro". "Llega un momento que te ahogan económicamente", ha lamentado.