Desgraciadamente, la historia es cíclica y el paso del agua no puede modificarse al gusto del ser humano. Así, el pasado 9 de octubre se convirtió en la fecha que será recordada por todos, como la peor tragedia natural que azotó el Llevant mallorquín en la historia reciente. La torrentada de 1989 quedó relegada a un segundo puesto.
Aún así, y habiendo vivido ya la primera torrentada de 1989, son pocos los vecinos del Llevant que han olvidado sus nefastas consecuencias, a pesar de haber transcurrido ya tres décadas.
Manacor y Portocolom fueron los núcleos más afectados, pero no los únicos. En ambos lugares las precipitaciones registradas superaron los 250 litros por metro cuadrado. En las inundaciones de 1989 perdieron la vida tres personas (una mujer y dos menores de edad), todas ellas trabajadores del hotel Cas Corso, en el núcleo costero felanitxer y construido en el cauce del torrente.
Se registraron además, numerosos daños materiales. Aún hoy en día, en algunos locales cercanos a la Avinguda manacorina del Torrent, aún puede observarse la marca del agua, superior al metro de altura.
Sant Llorenç, Artà, Capdpera, Campos, Felanitx y Santanyí también acusaron los estragos del temporal. De hecho toda la comarca fue declarada zona catastrófica. La Reina Sofía se acercó personalmente a la zona del desastre para conocer de primera mano las consecuencias de la torrentada, un hecho que en aquel momento fue muy valorado por los afectados.
En su edición de esta semana el Setmanari Felanitx dedica un reportaje especial a la gran torrentada de 1989 que afectó especialmente al municipio de Felanitx. En su crónica, Gori Vicens explica con detalle cómo se vivió el desastre en la comarca felanitxera.
En Portocolom revistieron un cariz más trágico, puesto que en el hotel Corso se inundó en la planta inferior del establecimiento y la riada arrastró y ahogó a tres trabajadores del hotel, una mujer de 42 años Eulàlia Bennàssar, y dos jóvenes de 17 años Carlos Iglesias y Antonio Alcolea.
Las primeras autoridades autonómicas se trasladaron tan pronto como tuvieron noticias a las zonas devastadas, principalmente a Portocolom. En aquel momento, el presidente del Gobierno Balear era Gabriel Cañellas, el del Consell, Joan Verger, el del Parlament, Félix Pons, el delegado del Gobierno español, Gerard García y el alcalde de Felanitx, Cosme Oliver.