La madrugada ha dejado de tener el gran atractivo que atesoraba antaño y con los nuevos tiempos del binomio sofá-series es más agradable no trasnochar en la calle.
Sin embargo, esta nueva actividad –conocida ya por todos como ‘tardeo’– también tiene sus inconvenientes si no controlas la afluencia de público y, sobre todo, los efectos que ello provoca.
En Palma el ‘tardeo’ se ha localizado, preferentemente, en la zona de Santa Catalina en los meses de invierno y en Platja de Palma en los de verano… y los problemas han surgido en ambos puntos.
No hay nada malo en quedar y tomarse unas cervezas, unos combinados o, simplemente, un refresco. Pero después hay que dejar la vía pública –la calle, que es de todos– limpia y en perfecto estado de revista. Cosa que no pasaba en Santa Catalina y que no está pasando en Platja de Palma.
Como vemos en el vídeo que completa esta información, la masiva presencia de consumidores en el ‘tardeo’ de la Platja de Palma, la pasividad de los responsables de los locales de copas que se benefician de esta actividad comercial y la inexistente presencia de los servicios públicos municipales provocan montañas de desperdicios de todo tipo, destacando las botellas de cristal.
Son de destacar positivamente todas las iniciativas que crean riqueza y puestos de trabajo, pero también deben estos empresarios tener la máxima atención para cuidar del entorno urbano, priorizar la convivencia cívica, no perjudicar a los vecinos de las zonas de ‘tardeo’ y mantener la vía pública –repetimos: que es de todos– limpia y sin las montañas de desperdicios que provoca en este momento.