Los procedimientos para el tratamiento de este tipo de residuos vienen definidos por el Sistema de Gestión Ambiental (SGMA) de la compañía que establecen los procedimientos para dar cumplimiento en la legislación vigente, que se tiene que realizar mediante transportistas autorizados que los destinan finalmente a gestores e instalaciones autorizadas por el tratamiento final del residuo.
La gestión de estos residuos se ha llevado a término en las instalaciones que Endesa tiene habilitadas a las tres islas, desde donde los residuos se derivan a gestores especializados. Se prioriza el aprovechamiento del residuo por parte de los gestores a través del reciclaje, dejando como último recurso la eliminación controlada cuando no es posible su reutilización.
En el conjunto de las Illes Balears, de las 708,85 toneladas de residuos, se han gestionado 157,22 toneladas de residuos calificados como peligrosos. Por tipo de residuo, los más significativos han sido, por un lado los residuos considerados peligrosos: 97 toneladas de transformadores; 4 toneladas de contadores electrónicos; 5,13 toneladas de contadores electrónicos, y 1,5 toneladas de baterías y acumuladores. Por otro lado, de los considerados no peligrosos, se puede destacar: 141 toneladas de hierro; 42 toneladas de aluminio, 232 toneladas de aisladores de porcelana, 8 toneladas de aisladores de vidrio y 63 toneladas de contadores eléctricos mecánicos, entre otros.
Esta cuidadosa y especializada gestión de los residuos es fruto de la política ambiental de Endesa que, entre sus puntos básicos, se fundamenta en la sostenibilidad para reducir, tanto como sea posible, las repercusiones que el suministro eléctrico puede tener sobre el medio ambiente.