La Fiscalía Anticorrupción española ha solicitado permiso a las autoridades judiciales británicas para interrogar a Corina zu Sayn-Wittgenstein, ‘amiga especial’ del rey emérito Juan Carlos I y que tras su ruptura ahora reside en Londres.
El objetivo es esclarecer si es cierto que el padre del actual rey Felipe VI cobró comisiones ilegales por intermediar en la concesión de las obras del tren AVE de La Meca a Medina, en Arabia Saudí, tal como reveló la propia Corinna en una conversación privada grabada ilegalmente por el comisario Villarejo.
Juan Carlos I, inquieto, sostiene el teléfono. Suenan los pitidos de llamada en espera. Tras intercambiar mensajes de wasap, al fin ha conseguido que su ex amiga especial, la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, acceda a descolgarle el teléfono.
JUAN CARLOS
(Meloso)
¡Corinna, cuánto tiempo! Hace mucho que no hablamos tú y yo.
CORINNA
(Cortante)
Qué quieres, Juan Carlos.
JUAN CARLOS
Hablar un poco contigo, mujer. ¿Cómo te trata la vida?
CORINNA
(Resopla)
Veo que ya te has enterado de lo de la solicitud de la Fiscalía Anticorrupción, ¿eh? De que he accedido a hablar con ellos. Por eso acudes a mí, ¿verdad?
JUAN CARLOS
Pues, hombre… Algo ha tenido que ver, sí. Pero eso no quita que tuviera ganas de hablar contigo.
CORINNA
Juan Carlos, que nos conocemos, basta de preliminares. Sólo te interesa saber si voy a decir o no algo en tu contra.
JUAN CARLOS
(En un intento de imponerse)
Bueno, en realidad quería recordarte que pactamos no decir nada. Y un pacto es un pacto, más si lo has firmado, ¿verdad?
CORINNA
(Con rabia)
¡¿Tú?! ¡¿Tú me hablas de pactos?! ¡¿Tú que me prometiste dejarlo todo por mí?! ¡¿Tú que me prometiste hacerme tu reina?!
JUAN CARLOS
(Apresurado)
Vale, vale, entiendo tu rencor. Pero entiéndeme, no tenía elección. Sabes mejor que nadie que yo te quiero y te quise más que a nada, pero no podía hacer que mi hijo cargara con mis errores… Es por él por el que te pido este pequeño favor ahora…
CORINNA
(Visiblemente sorprendida)
¿Por Felipe? ¿Qué tiene que ver él en todo esto?
JUAN CARLOS
Pues hombre, Corinna, ahora él es el rey. Ya has oído a los de anticorrupción, a mí no pueden hacerme nada. Todo esto fue antes de que yo abdicara, por aquel entonces aún tenía mi inmunidad… Pero Felipe, ¿cómo crees que afectará todo esto a su reputación ahora que es rey? Venga, que ya tiene bastante con lo de Iñaki en prisión.
Corinna no responde, contemplativa. Se limita a asimilar las palabras del rey emérito y sopesar sus opciones.
JUAN CARLOS
Sabes que él no se merece todo esto. Le conoces; conoces lo buen chico que es. Él nunca ha hecho nada.
(Hace una pausa, en la que opta por una nueva estrategia)
Yo solo soy un pobre viejo, Corinna, ya estoy a un paso de El Escorial... ¿Pero él? ¡Él tiene toda la vida por delante! Y tiene a su mujer y a sus dos hijas…
CORINNA
(Manteniéndose firme, aunque ligeramente compasiva)
Y qué quieres que haga, Juan Carlos, ¿mentir a la Fiscalía? Ya les he dicho que hablaría y estoy obligada a decir la verdad.
JUAN CARLOS
Sólo te pido… que tengas cuidado con lo que dices. No quiero meterle en esto.
CORINNA
Lo pensaré, ¿de acuerdo? Pero ten por seguro, Juan Carlos, que tu “pequeño” favor no te saldrá gratis.
JUAN CARLOS
Sabes que yo haría cualquier cosa por ti, Corinna.
Ambos cuelgan el teléfono. La expresión del rey emérito ha cambiado y ahora se muestra visiblemente contento y con un atisbo de satisfacción en la mirada, aunque en el fondo sabe que Corinna tiene la sartén por el mango.