Según el relato del Ministerio Fiscal, en mayo de 2018, la víctima, fue a entregarle una citación judicial al domicilio del acusado pero este se negó a recogerla. Así pues, el funcionario dejó la citación entre las verjas del domicilio y cuando volvía a su vehículo fue atacado por V.L.V. con una barra por la espalda.
Posteriormente, el hijo agarró al policía por la espalda y le inmovilizó los brazos. El padre le pegó con la barra en la cabeza y luego se la intentó clavar en la zona abdominal pero el agente se pudo zafar de C.L.S., alcanzar su vehículo, que estaba en marcha, y huir del lugar.
Las heridas tardaron en curar 137 días y como secuelas psicofísicas le quedó un síndrome postconmocional postraumático.
Por esto, además de los 13 años de prisión, la Fiscalía les pide cinco años de libertad vigilada y una indemnización de 13.180 euros.