La realidad es que aquellos que hasta ahora se encargaban de todo lo relacionado con el vimer de s'Hort des Correu, en Manacor, han cesado en sus tareas. Los posaderos de s'Hort des Correu, una finca a las afueras de Manacor en dirección a Porto Cristo, han dejado de vivir allí por problemas de salud.
Así pues, no han podido tampoco asumir los preparativos que implica el ritual del vimer. Durante décadas, docenas de niños pasaban entre las ramas del vimer en la madrugada de sant Joan. La fe y algo de magia hacía que muchos de ellos curasen sus hernias, pudiendo así esquivar el quirófano.
Hoy, y por primera vez en muchísimos años, no ha habido llantos infantiles en s'Hort des Correu. Nadie ha madrugado para partir las ramas y envolverlas en fango y cintas identificativas para cada niño...
Una pérdida, que de perpetuarse en el tiempo, significaría una importante baja en las tradiciones manacorines, pero también de toda la isla, pues los pequeños herniados se acercaban de cualquier lugar de la geografía mallorquina. Los poderes curativos del vimer de s'Hort des Correu son conocidos por todos.
La propiedad de la finca, desconocedores de la preparación del ritual, afirman que si alguien que conozca cómo hacerlo quiere asumirlo, no pondrán impedimento alguno en abrir las puertas de s'Hort des Correu para seguir con la tradición.