Según ha explicado ante la Audiencia Provincial de Baleares, el acusado se marchó pero al cabo de un cierto tiempo contactó de nuevo con ella y le chantajeó. Le dijo que si no accedía de nuevo a tener relaciones sexuales con él, vendería por 100 euros un vídeo que le había hecho teniendo sexo con él en el que se le podía reconocer.
La joven ha relatado cómo, después de intentar convencerle para borrar el vídeo, este no quiso y, finalmente, le obligó a prácticarle sexo oral y a tener relaciones completas.
Por su parte, el acusado que ya ha sido condenado por un delito de violencia en el ámbito familiar, por dos quebrantamientos de condena y por hechos similares a los de este juicio, ha negado los hechos y ha dicho que sufrió una encerrona por parte de la Policía.
Tal como ha señalado el procesado, la víctima "se lo ha inventando todo". Según su versión, no llegaron a quedar nunca pero sí tuvo cibersexo con una chica pero que no sabe sí es la víctima. "Hizo muchas cosas por la webcam y yo luego le enseñé que no era el de las fotos y me reí de ella", ha explicado para luego decir que la denuncia debe responder a que está "dolida".
A pesar de negar haber quedado con la acusada, y los hechos en términos generales, el acusado ha admitido, sin embargo, que sí que habló con una chica de la "fantasía" de taparse los ojos y tener sexo con un desconocido. Al quedar con ella, apareció la Policía y le detuvo, según ha contado.