La denunciante, que reside en Reino Unido, envió el mes pasado un correo electrónico al tribunal en el que renunciaba a ejercer acciones legales contra los acusados y avanzaba que no comparecería en la vista, que se ha celebrado igualmente. La Fiscalía ha mantenido la solicitud de 12 años y medio de prisión para cada acusado por un delito de agresión sexual.
Los dos acusados son dos camareros del hotel en el que se alojaba la denunciante. Ambos han contado que, una semana antes de los hechos narrados en la denuncia, salieron de fiesta con la víctima y otras personas, y que, cuando iban en coche, ella saltó del vehículo en marcha gritando que querían abusar de ella. Según uno de los acusados, posteriormente la chica le pidió disculpas por este episodio.
A la semana siguiente volvieron a salir y fueron a una discoteca. Según uno de los acusados, la mujer se comportó "muy promiscuamente" con un grupo de ingleses que estaban en el local.
Después fueron a una playa donde presuntamente ocurrieron los hechos. Los dos acusados han reconocido que hubo tocamientos pero han insistido en que fueron consentidos. Uno de ellos ha mantenido que la mujer quiso tener relaciones sexuales completas pero que él se apartó porque no llevaba preservativo. Los dos hombres fueron detenidos al día siguiente.
En el juicio ha declarado como testigo un policía local que intentó hablar con la chica en la recepción del hotel. Era el único de sus compañeros que hablaba inglés. Sin embargo, "fue imposible establecer comunicación con ella" porque estaba "muy nerviosa".
También han declarado dos doctoras que examinaron a la víctima, que han manifestado que no hallaron lesiones ni en brazos y piernas ni en la zona genital, ni tampoco encontraron restos biológicos seminales. La prueba de tóxicos confirmó que la mujer había bebido.
La Fiscalía ha mantenido su acusación contra los dos hombres, a los que acusa de haber agarrado a la víctima por las piernas y por los brazos y haberla penetrado en contra de su voluntad cuando estaban en el agua.
La fiscal encargada del caso ha resaltado que los acusados han manifestado que no tenían ninguna mala relación con la víctima que pudiera "justificar motivos espurios" para la denuncia. Ha pedido para cada uno de los procesados 12 años y seis meses de prisión por un delito de agresión sexual, así como la prohibición de comunicarse con la víctima y de acercarse a ella a una distancia de 500 metros durante 13 años, y una indemnización de 6.000 euros.
Por su parte, las defensas han solicitado la libre absolución. Los dos abogados se han referido al correo electrónico remitido por la denunciante en la que renuncia a la acusación.
También han señalado que su declaración en el juicio era "totalmente relevante" para poder enervar la presunción de inocencia de los dos hombres, por lo que su decisión de no comparecer "afecta al derecho fundamental a la defensa y a un procedimiento con todas las garantías". Así, entienden que no hay pruebas que inculpen a los dos acusados.
Uno de los letrados ha enfatizado que no pueden conocer los motivos de la denuncia precisamente porque no se ha podido interrogar a la mujer, y se ha preguntado si lo que ocurrió fue "una noche de juerga sucedida de un arrepentimiento" o si tal vez la mujer esperaba obtener algún "rendimiento económico".