Ustedes verán: aquí hay algunos datos que tener presente: primero, el Consell de Mallorca es el competente en la construcción de la carretera o de la autopista o del camino de carro entre Llucmajor y Campos. Segundo, el Consell de Mallorca ha decidido construir una autopista donde no había nada (muy importante el detalle: no había nada, porque leyendo la entrevista da la impresión de que la autopista está y Més la está reduciendo, haciendo que adelgace). Tercero, el Consell de Mallorca está presidido por Miquel Ensenyat, de Més, ahora candidato a la presidencia del Govern.
A mi modo de ver, el Consell ha decidido construir una autopista donde no había nada. O si quieren, donde había una carretera. Por lo tanto, el Consell, Més o quien usted quiera, será responsable de añadir cemento, no de reducirlo. Dice la candidata nacionalista que “si es posible” reducirán aún más el impacto de la carretera (debió de decir autopista, pero esto parece que es un lapsus). ¿Cómo que no es posible? Basta con paralizar el proyecto. Tendrá otros efectos, pero es perfectamente paralizable. Lo que nos dice de “si es posible”, no tiene sentido, lógicamente.
Més tiene derecho a hacer una autopista, pero no tiene derecho a decirnos que no se puede no hacer. ¡Claro que puede no hacerse! Més tiene derecho a volcar todo el cemento y asfalto que quiera, pero que no nos diga cuánto menos ha echado porque antes no había nada. El saldo siempre será más cemento.
Por supuesto hay razones para entender que Més haya convivido con la autopista, pero Busquets debería explicarlas: o bien porque creen en ella –que no lo creo–, o bien porque no creen que sea importante la protección del medio ambiente, o bien porque quieren mantener los cargos. No hay más. La candidata lo viene a decir en la entrevista:“esta carretera ha tenido repercusión en nuestro electorado”. Y eso duele, claro. Pero no se puede hacer una tortilla sin romper huevos.