El Ministerio Fiscal, sin embargo, les imputa un delito contra la salud pública y otro de organización criminal y pide a cada uno de los acusados -la mayoría de nacionalidad senegalesa y pakistaní- una pena de seis años de prisión y una multa de 27.000 euros. Considera que estaban organizados para eludir la acción policial, evitar ser descubiertos, captar clientes y almacenar las sustancias para poder suministrarlas en cualquier momento.
Durante el juicio, que se ha celebrado este jueves en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, el primer acusado ha explicado que él trabajaba en la seguridad en la puerta de un local y que no tiene nada que ver con las drogas. "Yo solo me ocupo de mi trabajo", ha dicho. Sobre la cantidad en efectivo -unos 300 euros- que se le intervino cuando se le detuvo, ha explicado que se la había dado su jefe para enviársela a su familia.
Sin embargo, su jefe, que ha declarado como testigo, le ha reconocido en una grabación policial que se ha expuesto en lo que parecía un intercambio con otra persona, que tenía prohibida la entrada en el local debido a que se dedicaba, tal como ha dicho, "a vender drogas".
Otro acusado, que también trabajaba como personal de seguridad en un club nocturno, ha asegurado que "nunca" ha vendido droga y que conoce a otro de los acusados de vista o de llevarles en su coche de vuelta a Palma, tras la jornada de trabajo, ya que eran "paisanos" y vecinos del barrio. "Llevaba a mucha gente, el que llegaba primero se subía", ha dicho.
Asimismo varios acusados han admitido que se dedicaban a la venta ambulante pero no al tráfico de drogas. Uno de estos ha explicado que tenía "un problema con el juego" y que los 400 euros que le intervinieron eran de ahí. También ha dicho que llevaba muchos años consumiendo marihuana y que lo que le decomisaron era para él.
Tras él, ha declarado otro acusado que ha presentado un relato similar. Ha dicho que en esa época vivía en su coche y que vendía relojes y que la droga que tenía era para usarla en el trayecto del barco en el que se tenía que ir a Valencia. Asimismo, ha explicado que los 8.000 euros que le intervinieron los ganó en la ruleta. "Hay un factura y eran para enviárselos a mi mujer y a mi hermana", ha relatado.
Otro hombre, que tiene un restaurante de kebab en la zona, ha asegurado no saber "nada de droga" y se ha puesto a llorar. "No fumo, no tengo amistad con 'droguistas', mi madre no me ha enseñado esto", ha asegurado para después decir que "odia" todo lo que tiene que ver con ese ambiente. "Llevo dos años muriendo por dentro", ha dicho en relación al proceso judicial.