Fue capturado por las mismas fuerzas de seguridad mientras intentaban impedir el referéndum y, si no se hubiera manipulado, quedarían desmentidas las acusaciones contra los Mossos, vertidas en las testificales de Pérez de los Cobos y Trapote. La testigo, por supuesto, no sabía nada.
Entonces recordé que a las 15 horas del viernes 27 de noviembre de 2015 el telediario de A3 abrió con los últimos segundos de la rueda de prensa del Consejo de Ministros. Soraya hablaba de la deuda de la Generalitat con las farmacias catalanas y, de repente, la hoy socia de Cuatrecasas hizo un gesto, quizás no consciente, que resultó ser una combinación perfecta de desprecio y prepotencia.
Me llamó tanto la atención que al día siguiente acudí a la web de La Moncloa para visualizar esa rueda de prensa. Mi sorpresa fue total al comprobar que la voz de Soraya se seguía escuchando hasta el final, pero “alguien” había manipulado la imagen, que aparece detenida los últimos 20 segundos, de tal forma que no aparece aquel gesto.
Ni las ideas ni los sentimientos son culpables, pero sí las manipulaciones conscientes de la realidad, que son actos. Estos quedarán impunes, porque el presunto es quien manda.
Hoy, más de tres años después, en la web del Gobierno sigue borrado aquel gesto detestable hacia españoles incómodos, también llamados catalanes. Puede usted comprobarlo pinchando aquí.