El fabricante mexicano de cementos reducirá de esta forma su presencia industrial en España a cuatro fábricas, frente a las siete con que contaba hace un año.
La venta de la fábrica valenciana se enmarca en el acuerdo que Cemex ha alcanzado para vender el negocio de producción de cemento blanco que tiene fuera de México y de Estados Unidos a Çimsa Çimento por un importe de 180 millones de dólares (unos 159 millones de euros).
En el caso de España, la transacción incluye a la planta valenciana de Buñol. Esta venta tiene así lugar después de que a finales del pasado año Cemex cerrara la fábrica que tenía en Lloseta (Mallorca) y la de Gádor (Almería), tras pactar el ERE para toda la plantilla de ambas.
De esta forma, la mexicana se queda con cuatro plantas en España: las de Alicante, Castillejo (Toledo), Alcanar (Tarragona) y Morata de Jalón (Zaragoza).
En el caso de la transacción de la de Buñol a la empresa turca, el cierre de la operación se prevé para la segunda mitad del año, una vez que las dos empresas firmen al acuerdo de venta el próximo mes de abril.
En un comunicado, Cemex enmarca esta desinversión en la estrategia que el grupo emprendió en 2018 para "optimizar" su cartera de negocios con el fin de "concentrarse en los activos más idóneos para crecer en el actual contexto".
La multinacional destinará a recortar deuda, así como a otros fines corporativos, los fondos que obtenga de esta venta, cuyo cierre queda también pendiente de las preceptivas autorizaciones de competencia y reguladoras.
De su lado, la operación supondrá la expansión en España de Çimsa, una de las principales cementeras turcas. En virtud de la transacción, pasará a tener una fábrica en España, que se suma a las terminales y oficinas con que ya contaba en el país, ubicadas en Sevilla y Alicante.
La firma también tiene presencia en otros países de Europa, como son Alemania, Italia, Rumanía y Rusia.
No obstante, en el caso de España, el fabricante turco de cemento desembarca coincidiendo con la desaceleración que presenta el sector cementero. La patronal del ramo Oficemen prevé que el consumo de este material de construcción crezca entre un 3% y un 6% en 2019, frente al incremento del 8% del 2018 y el del 11% del 2017.
La asociación atribuye esta ralentización a la "paralización" de la obra pública, la caída de las exportaciones por la pérdida de competitividad que les supone el "disparado" coste de la electricidad, y también la nueva normativa de derechos de emisión de CO2 de la UE. Ante este contexto, Oficemen recientemente no descartó nuevos cierres de entre las 29 de fábricas que hay en el país como los referidos de Cemex del pasado año.