Conseguir financiación o incluso préstamos con garantía hipotecaria para empresas a través de un banco puede resultar imposible si alguno de los indicadores de rentabilidad que ofrecen los balances y las cuentas anuales no convencen a la entidad. Esta es por ejemplo una de las razones por las cuales las empresas de nueva creación lo tienen muy difícil a la hora de acceder a financiación bancaria, ya que al ser empresas jóvenes todavía no han roto el techo de retroalimentación positiva donde se pueden financiar a ellas mismas mediante sus propios beneficios. Volviendo al caso de empresas ya maduras, otro factor que los bancos tienen en cuenta a la hora abrir líneas de crédito son los registros de morosidad. Si la empresa aparece en RAI o sus administradores aparecen en ASNEF a nivel personal casi con total seguridad la solicitud de crédito no pasará del borrador. Por ello, la financiación alternativa mediante la concesión de préstamos hipotecarios privados cada vez más es la solución financiera para aquellas empresas que precisan un empuje económico en su actividad.
El cierre del grifo del crédito por parte de los bancos viene acompañado por un bajísimo rendimiento de los depósitos a corto y medio plazo que en algunos casos ni siquiera cubre las subidas del IPC. Esta restricción tan grande del crédito desde el estallido crediticio de 2009 ha generado dos problemas: falta de crédito a las empresas y rendimientos bajísimos para los posibles inversores.
Los particulares que no encontraban en el sector bancario rendimiento suficiente para sus ahorros han pasado a convertirse en financiadores de aquellas empresas que eran rechazadas por los bancos a la hora de pedir financiación. De este modo se cierra el círculo vicioso creado por el sector bancario de “falta de financiación para las empresas” y “ falta de rendimiento para los inversores”. Así los propios ahorradores que no encontraban rendimiento en los productos bancarios actuales se han convertido en los financiadores de las empresas que veían rechazada su solicitud de crédito por esos mismos bancos. La simbiosis así es perfecta: las empresas consiguen esa financiación y los prestamistas obtienen un rendimiento de sus ahorros mucho mayor.
La fórmula más usada para acceder a una financiación alternativa es mediante la fórmula de préstamo hipotecario privado. El concepto es muy simple: la empresa usa como aval una propiedad inmobiliaria a su nombre para que el prestamista tenga la confianza necesaria de prestarle el dinero que necesita. Existen empresas especializadas en poner en contacto pymes y pequeñas empresas con prestamistas particulares. Una de ellas es Financia-T, una división de Credito Particular que estudia las solicitudes de préstamo en menos de una semana y actúa de intermediario entre las dos partes. Todos los préstamos de Financia-T cumplen los requisitos legales y de evaluación de riesgos, se firman ante notario y están regulados por el Ministerio de Sanidad y Consumo del Gobierno de España. Los préstamos entre particulares para empresas y pymes sin duda es un nuevo nicho de mercado atractivo tanto para empresas como para inversores potenciales.