“En un paciente con alergia el sistema inmunológico reconoce una proteína y la trata como si fuera un parásito, generando una respuesta inmune para destruir esa proteína o su fuente”, explica el doctor Alejandro La Rotta, alergólogo de Hospital Juaneda Miramar, sintetizando las bases del proceso que genera la enfermedad.
“Cuando se es alérgico a un ácaro, a un polen o a un alimento, por poner algunos ejemplos, el organismo reconoce de forma errónea proteínas de esas fuentes como si se tratara de proteínas de parásitos. Ese error es el que desencadena la patología alérgica con toda su sintomatología y consecuencias”, continúa explicando el especialista.
“Pero cuando se es alérgico al melocotón o al ácaro, no se es alérgico a todo el melocotón o a todo el ácaro, sino a proteínas que están ahí y que pueden tener valores diferentes. Estas proteínas se denominan alérgenos y pueden ser, además, marcadores exclusivos de un solo ácaro o de un solo alimento que son las fuentes de alérgenos”, añade.
Pero algunas de estas proteínas pueden estar presentes en otros alimentos, animales, etcétera. Por ello, “lo que se busca con el diagnóstico molecular es conocer cuál es el origen de esa proteína. Con el diagnóstico molecular se puede también obtener un pronóstico de una enfermedad determinada”, dice La Rotta.
Así, “hay alérgenos que son marcadores de aparición de asma o de un pronóstico de respuesta a un tratamiento, como un mayor riesgo de sufrir reacción a la vacuna, o de fracasar con ella. El análisis molecular permite afinar el diagnóstico y con ello con el tratamiento”, añade el especialista.
“Estamos en el inicio de un proceso de cambio en el diagnóstico —explica el doctor Alejandro La Rotta— de una individualización de los diagnósticos y de los tratamientos contra la alergia en los casos más complejos”. Las conocidas pruebas que se realizan en la piel del brazo del paciente alérgico son, hoy, solo el primer tamiz.
“Ahí se busca una reacción en la piel a un extracto que contiene todos los alérgenos en mayor o menor medida, lo que es lo mismo que si se hace esa prueba tradicional con sangre del paciente. El diagnóstico molecular es un paso más allá: En el diagnóstico molecular se miran los alérgenos uno por uno», explica el especialista alergólogo.
Entre los alérgenos están los mayoritarios, ante los cuales responde la mayoría de los pacientes, los minoritarios a los que se hace alérgico solo un grupo pequeño o los panalergenos, presentes en muchas fuentes de alérgenos, de modo que se necesita saber su origen, tal como explica el doctor Alejandro La Rotta: “Hay alérgenos que están en los ácaros, pero también en las gambas, lo que explica porque algunos pacientes alérgicos a ácaros son también alérgicos a los mariscos…”, en el sentido que el diagnóstico molecular por los modernos procedimientos de laboratorio de análisis ofrece una herramienta revolucionaria para mejorar el tratamiento.
Siguiendo con el ejemplo, si el paciente no es alérgico a los alérgenos mayoritarios del ácaro ese paciente tiene más posibilidades de fracaso al ser tratado con una vacuna, por ejemplo, contra los ácaros, porque no va a responder, dado que la vacuna se suele fabricar conteniendo los alérgenos mayoritarios, explica el especialista en alergología.
“Las vacunas funcionan muy bien, pero solo si están bien pautadas ―añade el alergólogo―. El diagnóstico molecular está mejorando la precisión, dando marcadores de respuesta a los tratamientos y también de pronóstico de la enfermedad. Este procedimiento de diagnóstico molecular es el futuro”, concluye el doctor Alejandro La Rotta.