En concreto, este Índice permite aproximar los avances en esta materia a través del establecimiento de una escala de puntuaciones que oscila entre 0 (desigualdad nula) y 1 (máxima desigualdad) atendiendo, principalmente, a cuestiones relacionadas con la salud reproductiva, el empoderamiento femenino y el mercado laboral.
Los diferenciales por razón de género ponen de manifiesto en Balears la pervivencia de "determinados desequilibrios, especialmente en la atmósfera personal, que siguen condicionando el impulso de la competitividad global de las islas".
El seguimiento de los principales desequilibrios por razón de género que explican estos resultados señala que los diferenciales positivos que, actualmente, se registran en el archipiélago a favor del segmento femenino en materia de formación superior y aprendizaje a lo largo de la vida, "siguen revirtiendo negativamente en la esfera laboral, tanto en términos de participación, como de condiciones contractuales y oportunidades de carrera profesional para las mujeres".
En este sentido, los últimos datos disponibles constatan que la incidencia del abandono escolar presenta entre la población femenina de las islas un incidencia (20,5%) inferior a la masculina (32,4%), hecho que se traduce en una mayor tasa de mujeres con estudios superiores (33,3% vs 29,1%, hombres) y, por consiguiente, con una mayor orientación a la formación permanente más elevada (9,7% vs 7,5%, hombres).
No obstante, el contexto laboral confirma que la participación de las mujeres en el mercado de trabajo (59,1%) dista más de 10 puntos porcentuales respecto del segmento masculino (69,9%), un diferencial negativo que se reproduce en términos de la tasa de empleo (52,6%, mujeres vs 61,4%, hombres) y que, en ningún caso, "compensa la convergencia progresiva que se observa en términos de desempleo" (11,1%, mujeres vs 12,1%, hombres).
Así mismo, la presencia femenina en categorías profesionales elevadas sigue siendo inferior a la masculina (46,3%), especialmente, si se atiende a las posiciones máximas de dirección y gerencia, en las que poco menos de un tercio están ocupadas por mujeres (31,1%).
En una línea similar, y desde una perspectiva de especialización, la presencia femenina en segmentos productivos avanzados relacionados con la alta tecnología continúa siendo reducida, tanto en el ámbito industrial (20%), como de los servicios (35,7%), si bien se registra en términos porcentuales un avance significativo respecto de un año atrás (16% y 17,2%, respectivamente).
A estas cuestiones se une una mayor incidencia de la parcialidad, pues el porcentaje de mujeres con contratos que no suponen el ejercicio de una jornada laboral completa (19,5%) supera con creces la incidencia de esta modalidad contractual en el segmento masculino (5,6%), mientras que la sujeción a contratos temporales afecta a un grueso similar de trabajadores en ambos segmentos (27,6%, mujeres vs 29,2%, hombres).