Años atrás recibir una herencia se convertía en un regalo caído del cielo que salvaba a muchas familias de una mala situación financiera. Sin embargo hoy en día muchas personas rechazan una herencia por el mero hecho de que aceptarla significa heredar todos los bienes junto con las obligaciones que dejó el fallecido (y algunas veces la cantidad de deudas es tal que no se compensa con los bienes a heredar).
El caso más famoso es el de los herederos del fallecido banquero Miguel Blesa, que rechazaron la herencia por el simple hecho de que el valor de los bienes a heredar no cubría lo que dejó el difunto a deber por el famoso caso de las “tarjetas black”. También se han dado casos en los que se han aceptado herencias (y deudas de las que los familiares no tenían constancia), más tarde los acreedores han aparecido para cobrar lo que el muerto dejó a deber en vida y los primeros se han llevado una sorpresa mayúscula y han perdido gran parte de lo heredado para devolverlas.
Suponemos que no resultará ninguna novedad para el lector decir que la aceptación de herencia no es una gestión para nada gratuita, nada más lejos de la realidad. Por esa simple razón en ocasiones el problema de aceptar una herencia no es el heredar una cantidad de deudas junto a ella sino simplemente que los impuestos y costes asociados a la aceptación de una herencia (que deben pagarse por anticipado) son tales que los herederos no pueden permitirse hacerles frente.
En concreto tenemos dos tipos de costes:
1. Por una parte, como heredero no te quedará más remedio que afrontar los gastos de los
profesionales que gestionarán todo el proceso (abogados, notarios y gestores).
2. Por otra parte, tampoco puedes olvidar que deberás pagar también:
Es la vía por la que se decantan aquellas personas que tienen la capacidad financiera o
patrimonial suficiente para poder acceder a un préstamo en el mercado crediticio
tradicional (bancos y entidades de crédito). Sin embargo, para poder acceder a un
préstamo es necesario presentar avales y garantías, ya sean hipotecarias (inmuebles a
nuestro nombre) como justificantes de ingresos y además no tener otras deudas ni por
supuesto aparecer en un registro de morosos por un impago.
Si no se dispone de ningún aval para que un banco nos otorgue un crédito podemos
pensar que hemos llegado a un callejón sin salida. No es exactamente así, aunque sí se
trata de un círculo vicioso de problema > falta de soluciones que se describe así:
Quiero aceptar una herencia (que me corresponde)
↓
No puedo hacer frente a los costes de aceptación de una herencia
↓
Voy a pedir un préstamo y con lo que reciba de la herencia devuelvo el préstamo
↓
No tengo avales para poder pedir el préstamo
↓
No puedo usar la propia herencia como aval porque todavía no es mía
↓
No puedo aceptar la herencia (que me corresponde)
Aunque la banca no permite este tipo de operaciones, actualmente existen empresas de
capital privado que sí están dispuestos a adelantar los costes de aceptación de una
herencia. De hecho ahora mismo es la opción más rápida, cómoda y efectiva de poder
cobrar una herencia si no se puede hacer frente a los costes de recibirla ni se puede
acceder a financiación bancaria a través de un préstamo. Se trata de una opción de
financiación firmada ante notario para que, tanto los herederos como el prestamista que
adelanta los costes para ellos, puedan estar seguros de que van a recibir el dinero que les
corresponde en los plazos y términos acordados, mientras la herencia ya queda
totalmente a nombre del heredero sin adelantar ni un solo euro.
La financiación alternativa se ha convertido en una opción muy a tener en cuenta en este
tipo de situaciones. Creditoparticular es una empresa especializada en poner en
contacto herederos que no pueden adelantar los costes de una herencia con particulares
con gran capacidad de financiación y que pueden ayudarles para asumir los costes de la
inscripción de la herencia a su nombre.
