Según ha explicado la Policía, llevaron a cabo el desahucio porque existía una resolución judicial para efectuarlo. Además, este ya se había prorrogado después de que los inquilinos mostraran su consentimiento para abandonar el piso voluntariamente el 18 de febrero.
Como se había pactado el abandono voluntario, la Policía no preveía incidentes y, por esto, acudió al lugar una dotación policial integrada por tres agentes, para dar apoyo y seguridad a la comisión judicial.
Sin embargo, en el lugar estaba congregado un grupo de personas convocado por una plataforma antidesahucios. El representante de la plataforma se entrevistó con la comisión judicial para pedir que no llevaran a cabo el desalojo, pero le explicaron que sí se iba a producir, tal como estaba previsto.
Como consecuencia, explica la Policía, el representante de la plataforma se dirigió a los congregados para pedirles que detuvieran el desahucio y, tal como han explicado, "a medida que pasaba el tiempo se sumaba más personas en actitud hostil".
Para garantizar la seguridad de la comisión y evitar altercados, se requirió el apoyo de dos unidades, sumando un total de ocho agentes, que formaron un cordón policial alrededor del portal.
Tres de los agentes subieron al inmueble acompañando a la comisión judicial y se encontraron la puerta cerrada y una barricada en el interior. Tuvieron que utilizar "los medios idóneos", para proceder a la entrada y llevar a cabo el lanzamiento, han precisado.
En la calle se llegaron a concentrar unas 50 personas quienes de manera organizada intentaban acceder al edificio, haciendo uso de la fuerza. Los agentes se vieron sobrepasados, recibiendo empujones, patadas, golpes en la cabeza e insultos. Incluso uno de los congregados llegó a morder a uno de los policías en la mano.
Con esto, la policía se vio obligada a impedir la entrada en el inmueble, llevando a cabo una acción policial, para conseguir que los congregados retrocedieran y restablecer el perímetro de seguridad.
Mientras mantenían el perímetro y a la espera de que acabara el lanzamiento, los concentrados arrojaron objetos a los agentes, teniéndose que poner los cascos para protegerse. Una vez finalizado el dispositivo se acompañó a la comisión judicial a sus vehículos para evitar que pudieran ser agredidos.
De esta manera, tres policías resultaron lesionados con carácter leve y, además, se destrozó un equipo de transmisiones. Los hechos se han puesto en conocimiento de la autoridad judicial.
