Según ha informado El Mundo, la votación contra las cuentas ha arrojado el siguiente resultado: 191 votos a favor de devolverlas al Gobierno frente a 158 que apostaban por su tramitación y una abstención.
Las razones de los partidos que han conformado este nuevo bloque de moción contra el Ejecutivo no han sido unánimes. Más bien al contrario, las divergencias entre ellos son muy notables y desde luego, apenas tienen que ver con el contenido del propio proyecto de Presupuestos.
El secesionismo ha optado por rechazar las cuentas y propinar así un golpe letal al Gobierno porque no se han aceptado los dos imposibles que exigía a cambio: negociar el derecho a la autodeterminación, sobrepasando todos los límites constitucionales y conseguir que Pedro Sánchez interfiriera en la acción de la Justicia en favor de los políticos procesados por el 1-O, vulnerando de plano la separación de poderes.
PP y Ciudadanos, por su parte, han votado contra las cuentas porque en sí mismas les parecen negativas para el país y porque su primer deseo es forzar la convocatoria de elecciones generales cuanto antes para intentar sacar de La Moncloa a un presidente al que acusan de preferir sustentarse y negociar con la izquierda populista y "los que quieren romper España" antes que con los partidos constitucionalistas.
Las fuerzas más pequeñas -CC, Foro Asturias y UPN- lo han hecho por motivos más económicos al considerar que el Gobierno en su proyecto inclina claramente la balanza en favor de Cataluña en detrimento del resto de territorios para intentar garantizarse el respaldo del soberanismo que les hubiera resultado imprescindible para seguir en el poder.