A pesar de notar un sabor extraño, el joven se comió el plato de pasta y luego salió a hacer deporte. Al cabo de media hora aparecieron dolores abdominales y de cabeza y náuseas. Después llegó la diarrea y los vómitos. Este belga, que no acudió al médico, se limitó a beber agua e intentar conciliar el sueño. Amaneció muerto.
La autopsia certificó que la causa de la muerte fue una necrosis hepática, es decir, su hígado se había cerrado; y que también presentaba signos de pancreatitis aguda. El análisis de los frotis fecales confirmó que contenían la bacteria Bacillus Cereis, que causa el síndrome del arroz frito, una intoxicación derivada de la ingesta de arroz frito que permanece durante horas a temperatura ambiente. Las muestras de su comida también presentaban esta bacteria.
Este tipo de intoxicación alimentaria es mucho más común de lo que parece. En 2003 una familia cayó enferma por comer una ensalada de pasta que había sido preparada ocho días antes. La hija menor murió a causa de un fallo hepático.