Según ha informado el portavoz de la organización, Lino Salas, el número de personas que solicitaban ayuda se ha incrementado en un 155% respecto a 2017, una cifra que, a su parecer, es "una estupenda noticia" porque "eso significa se ayuda a prevenir" las tragedias.
En relación al perfil de los llamantes, Salas ha destacado que un 32% han alegado problemas de soledad y el porcentaje restante se divide en problemas de ansiedad, de presión, de inestabilidad laboral, de trastornos de comportamientos y de cambios externos, entre otros.
Asimismo, las personas entre 36 y 55 años conforman el 43% del total y, a nivel de género, "los hombres han roto el miedo y se van igualando a las mujeres", con un porcentaje del 49% para ellos y un 51 para ellas.
"Antes llamaba un hombre por cada tres mujeres, pero cada vez se rompe más con esa cifra y se deja atrás que las mujeres tienen más recursos y habilidades para pedir ayuda", ha aseverado Salas, en este sentido.
Salas ha recordado que en las Islas se suicidaron 92 personas durante 2016 y en 2017 fueron 2013.
En relación al procedimiento, el portavoz ha explicado que las primeras llamadas suelen durar entre 20 y 25 minutos porque se establece una "empatía profesional" mediante el concepto de "escucha activa".
"El profesional conecta, se involucra y se pone en el lugar del otro, pero no le da consejos ni le dice lo que tiene que hacer sino que le da recetes e intenta hacer de espejo para que se de cuenta que tiene los medios debe ponerse en marcha para utilizarlos", ha detallado.