En un comunicado, la Conselleria de Cultura, Participación y Deportes ha detallado que, pese a los resultados negativos de este lunes, no se descartan nuevos sondeos en otras zonas del recinto así como profundizar en la investigación histórica.
En este sentido, los técnicos de la Sociedad Aranzadi, entidad adjudicataria del contrato de exhumaciones de la Conselleria de Cultura, Participación y Deportes, han llevado a cabo prospecciones en la parte trasera de los nichos modernos del cementerio de Bunyola. Así, en una mitad se han encontrado sepulturas modernas mientras que en la otra no se han hallado restos de huesos de ningún tipo ni restos de tierra alterada.
La cartera dirigida por Fanny Tur ha informado de que la fosa de Bunyola presenta "una serie de dificultades" pero la Comisión Técnica de Personas Desaparecidas y Fosas aprobó llevar a cabo las tareas pertinentes. En este sentido, su exhumación está motivada porque hoy en día quedan hijos vivos de las víctimas, entre las que se podrían encontrar los menorquines Bartomeu y Sebastià Carretero Gornés y Josep Filomeno Pons Sintes.
Además, la Conselleria ha apuntado que quince cadáveres llegaron al cementerio del municipio durante el segundo semestre del año 1936, todos ellos hombres asesinados por arma de fuego y abandonados en la cuneta de caminos o carreteras. En este sentido, durante la posguerra el cementerio antiguo se llenó debido al "elevado número de defunciones" procedentes del hospital Joan March, por lo que se amplió.
Dicha ampliación del cementerio hace pensar a los investigadores que los cuerpos de la fosa común fueran trasladados al osario, algo que "hace necesario", según la Conselleria, llevar a cabo las tareas de prospección en la zona para aclarar esta circunstancia antes de realizar una excavación de más envergadura en el cementerio de Bunyola.
Por otro lado, la Conselleria ha informado de que la segunda fase de la exhumación en la fosa de Alaró, que se inició el pasado lunes 21, ha finalizado sin encontrar a las dos víctimas supuestamente enterradas en la misma fosa, el alcalde de Mancor de la Vall, Pau Crespí Villalonga, y de su hijo Onofre Crespí Riera, asesinados el 20 de octubre de 1936 en la carretera que une Alaró y Lloseta, según consta en la Causa 1011/19361.
En un comunicado difundido este lunes, la Conselleria ha recordado que en la segunda fase el equipo técnico de Aranzadi ha contado con el encofrado adecuado para tratar de localizar los cuerpos en un pozo. Sin embargo, dicho pozo ha resultado ser un osario en el que se ha encontrado una acumulación y mezcla de huesos, un hecho que, según la Conselleria, imposibilita localizar y discernir los cuerpos que se buscan en el supuesto de que estuvieran.