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Cosecha de ‘no’ para Isern

El retorno de Mateu Isern a la primera línea de la política balear no está siendo, para gran disgusto de Biel Company, un plácido camino de rosas lleno de gratificantes sonrisas y fervorosos aplausos, sino todo lo contrario. Las espinas de este florero envenenado están provocando más de una desagradable herida y dejando desgarradoras huellas en el delicado cutis del Partido Popular palmesano.

La inelegante defenestración de Marga Durán ha precipitado consecuencias no previstas por la cúpula del PP regional. Es verdad que la figura de la aún hoy portavoz popular en el Ajuntament de Palma no levantaba enfervorizadas adhesiones populares, pero también es meridianamente cierto que entre los militantes de base había cuajado de forma positiva la figura de esta sencilla política que siempre ha acatado sin rechistas las órdenes de sus superiores y ha ido resignada allá a donde la han mandado, aunque a ella particularmente la designación no le hiciera ninguna gracia.

Durán asumió con estoicismo el encargo de lavarle la cara a un PP palmesano naufragado tras los embates judiciales que han enviado al ostracismo al antaño superpoderoso José María Rodríguez y para ello ha visitado incansable una a una todas las juntas de barriada para intentar recuperar las ilusiones perdidas.

Y ese titánico e ímprobo esfuerzo ha sido pagado por Company con un rudo manotazo que la ha desplazado fuera del centro de operaciones político palmesano. El objetivo del presidente regional era colocar en Palma a un, para él, atractivo al parecer referente social que arrastrara los votos palmesanos hacia su candidatura personal, relativamente fuerte en la Part Forana pero débil en Ciutat. Y ese imán de votos debería ser Isern.

El candidato digitado desde arriba para ser el número 1 de la lista del PP en las próximas elecciones locales en el municipio de Palma ha sido recibido, sin embargo, con escepticismo por sus propios compañeros de barriada. Se le ve como lo que realmente es: un advenedizo que ya llegó a ser número 1 en anteriores ocasiones sin ningún contacto con las bases y que ahora repite otra vez la misma jugada. La única diferencia es que en el primer caso el que le aupó a lo más alto de la palestra fue José Ramón Bauzá y ahora ha sido Biel Company. Paradojas de la vida, precisamente Isern y Company ahora juntos y de la mano contra el que les dio en su momento a los dos la oportunidad de ser alguien en la política balear.

Pero lo que más ha sorprendido dentro del PP del retorno de Isern envuelto en el halo de santidad provocado por el dedazo regionalista del triunvirato Biel Company-Marga Prohens-Llorenç Galmés no ha sido que los militantes de a pie de calle de Palma no se hayan alzado eufóricos con enfervorizados aplausos hacia el candidato, sino el rechazo que este mismo ha cosechado entre sus antiguos compañeros de grupo municipal.

Isern ha pedido, y conseguido, que se le permita desde la cúpula del PP el poder colocar en puestos sensibles de la futura lista popular palmesana a personas de su absoluta confianza. Es decir, confeccionar un grupito potente y cerrado de amigos del alma y compañeros fieles hasta la extenuación. Para ello, inmediatamente después de ser ungido como candidato, procedió a telefonear uno a uno a sus antiguos regidores de su época de alcalde de Palma. Isern esperaba un ramillete de síes y actitudes genuflexas ante la llamada de ser superior. Pero no ha sido así, ni mucho menos.

Según ha podido saber Canal4Diario.com de fuentes absolutamente fidedignas, Isern ha cosechado más noes que síes en esta primera tanda de llamadas. De hecho, las negativas han sido prácticamente generales y el único sí ha sido condicional a futuras conversaciones sobre el puesto definitivo en la lista y las hipotéticas responsabilidades a asumir en la gestión municipal. Cosa esta última que dada la volatilidad del voto de la derecha palmesana –dividida entre el propio PP, Ciudadanos y la potentísima oferta de VOX con el teniente general Fulgencio Coll– deja cualquier promesa de cargos futuros en el limbo de la incertidumbre más absoluta.

Mateu Isern, por tanto, cosecha más noes que síes. Las espinas de esta flor son dolorosas. Muy distinto es el escenario de 2019 del planteado al inicio de su designación, fosilizado en el ya periclitado 2011. Un 2011 que contó con el arrastre favorable para el PP de una gestión nefasta de Francesc Antich en el Govern y Aina Calvo en el Ajuntament de Palma y los nuevos vientos de cola provocados por José Ramón Bauzá. El tiempo pasa y los recuerdos reverdecen. Y Company y Isern se han topado de cara con la dura realidad actual.

Actualizado: 14 de marzo de 2022 , , , , , , , , , , ,

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