Tras el Real Decreto Ley aprobado por el equipo del presidente Pedro Sánchez, es el Tribunal Supremo quien tendrá la última palabra al respecto. A pesar de ello, todo indica que no será impedimento para que la exhumación de Francisco Franco acabe produciéndose en el primer trimestre del próximo año.
A pesar de ello, el lugar donde descansen los restos del dictador sigue siendo motivo de conflicto entre la familia Franco y el ejecutivo socialista liderado por Pedro Sánchez. Unos quieren que sea la catedral de la Almudena, en Madrid, mientras que los otros quieren evitar a toda costa que el lugar elegido se convierta en zona de culto.
Así pues, en todo este entramado, la isla de Mallorca, y concretamente el embalse del Gorg Blau, tienen mucho por aportar. Dicho paraje natural, a las faldas del Puig Major podría ser el sitio neutral donde enterrar definitivamente los restos de Franco.
La familia del dictador, a priori, no opone resistencia a dicha opción pues de todos es sabido que el plan hidrológico nacional impulsado por Francisco Franco incluía múltiples pantanos y embalses. Y el Gorg Blau es uno de los embalses artificiales (junto al de Cúber) que nutre la zona de Palma. Los familiares del dictador creen que si se adecenta correctamente una pequeña zona en el punto más alto del Gorg Blau, Franco se “sentiría acompañado y realizado”.
Por su parte, el Gobierno central, dirigido por Pedro Sánchez tampoco ofrecería excesiva resistencia a trasladar los restos de Franco a Mallorca, pues consideran que la zona, en la Serra de Tramuntana “no acompaña” a convertirse en lugar de culto. Desplazarse hasta Mallorca resulta, evidentemente, más caro que ir a cualquier otro lugar ubicado en la península, al cual se puede acceder por carretera o en AVE. El hecho de la insularidad, en este caso, juega a favor de los intereses del ejecutivo central.
En todo caso, será el Govern de Francina Armengol quien deberá, en última instancia, pronunciarse y avanzar si están dispuestos a recibir los restos del dictador o no.
