El hecho de que, antes de subir al avión, el menor sufriera un ataque de ansiedad no justifica que no pudiera ejercer su derecho a viajar. Más aún cuando la situación estaba controlada, iba acompañado por su familia y tanto el resto de pasajeros como la Guardia Civil no valoraron ningún riesgo.
“Las entidades que atendemos a menores con discapacidad somos muy conscientes de que- en determinadas situaciones no habituales como la espera en un aeropuerto- algunos niños pueden sufrir episodios de ansiedad. En estas ocasiones la comprensión y el respeto de los presentes, tal y como sucedió en el Aeropuerto de Eivissa, son la mejor ayuda”, explica CERMI Illes Balears.
La entidad recuerda que no es la primera vez que una compañía aérea actúa de forma discriminatoria con un pasajero con algún tipo de discapacidad. Desde el CERMI se considera que la política y las decisiones de una empresa no pueden estar nunca por encima del respeto a las personas. “En nuestro caso, al vivir en islas, debemos denunciar que la discriminación de las compañías aéreas resulta especialmente grave por las dificultades de movilidad”, añade.
El CERMI Illes Balears integra a 62 entidades de Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera con 1.800 profesionales y 600 voluntarios que trabajan para más de 8.000 personas con alguna discapacidad.