Para ello, desde el Ajuntament se decidió hacer un Pla de Mobilitat Urbana en 2017 con diferentes medidas para mejorar la seguridad y el tránsito.
Uno de los primeros pasos fue la reducción de la velocidad máxima en las calles del centro a 30 kilómetros por hora y además este plan implicaba la creación de rutas escolares, itinerarios de especial interés y atención para llegar a los centros educativos.
Pero parte de estas rutas pasan por calles donde ha habido un importante volumen de tránsito: la calle de Cas Majoral y la calle Llanera, que no son más que una continuación de la Ma-19, la carretera que conecta con s'Alqueria Blanca con Santanyí, y que atraviesa el pueblo.
Por ello el consistorio ya ha comenzado las obras para instalar diferentes grupos de semáforos que podrían estar en funcionamiento a principios del 2019. El cruce de estas calles son puntos donde cada día atraviesan a pie muchos de los alumnos de los dos centros educativos de Santanyí: el CEIP Blai Bonet y el Col·legi Bisbe Verger.
Es por ello que se está haciendo lo posible para que las entradas y salidas de las escuelas sean el máximo de seguras. En el fondo de lo que se trata es que estos semáforos den un poco más de tranquilidad a las familias que mandan a sus hijos a pie a los centros educativos.
Desde la regidoria de Policia Local de Santanyí, se ha pedido al Departament de Carreteres
del Consell de Mallorca poder instalar dos grupos de semáforos en los cruces de las calles Majoral, Celler, Ferrereta y plaça Constitució, así como en las calles, Majoral, Llaneres, Felanitx i Mestra Damiana.
Según ha explicado la regidora de Policia Local, Maria Pons, "esperamos que con la instalación de estos semáforos se pueda dotar de más seguridad y comodidad a los residentes y a los visitantes de Santanyí, protegiendo sobre todo a los sectores más débiles de la población como los críos y la gente mayor".
Además, en temporada turística también los utilizan quienes visitan el pueblo para ir a pie desde las zonas de aparcamiento hacia el centro del pueblo. De hecho, la Policía Local de Santanyí se había visto obligada los días de mercado a realizar una regulación permanente con agentes para garantizar la seguridad de los peatones y mantener la fluidez del tránsito.
Las obras para condicionar las aceras, que quedarán un poco más anchas, y para la instalación de los nuevos equipamientos ya han empezado, y se espera que ya estén en funcionamiento en enero de 2019.