Hace tres años, Raquel sufrió tres ictus que la dejaron en silla de ruedas, una situación que se agrava aún más porque le han anunciado que tendrá que dejar la vivienda en la que habita junto a su pareja.
La casera de la misma le ha anunciado que antes de comenzar el 2019 por no querer abandonar el contrato. Una decisión que, explica Raquel, fue tomada por la dueña de la vivienda. Ante esta situación, la afectada se ha puesto manos a la obra para conseguir un lugar donde vivir, algo especialmente complicado porque su pensión es de tan solo 400 euros.
Una cuantía de la que no solo se mantiene ella, sino que también lo hace su pareja, que no puede trabajar porque eso implicaría dejarla sola gran parte del día. De todas formas, le han comunicado que, hasta que no tenga una orden judicial, no se mueva de donde está.
Dino, su pareja, se queda al cuidado de ella, ya que le han comunicado que solo dispondrían de media hora de asistencia sanitaria para atender a la mujer cuando él esté trabajando.