La agresión fue descubierta el domingo, cuando la madre de la víctima se metió con ella en el baño y pudo observar que la menor sangraba por los genitales. Al descubrir la lesión, la madre la llevó a Son Llàtzer, donde una pediatra le practicó una revisión ginecológica de urgencia y descubrió indicios físicos de la violación.
Las sospechas de la madre recaían en el tío de la menor, un varón de 23 años hermano del padre, con el que la niña había estado antes de detectarse el sangrado. La Unidad de Familia y de la Mujer (UFAM) de la Policía Nacional abrió una investigación y, aunque el joven se haya negado a dar una declaración formal, se derrumbó en presencia de los agentes.
La misma tarde del domingo fue arrestado y ayer pasó a disposición judicial, tras lo que se decretó su ingreso en prisión incondicional por los fuertes indicios de criminalidad.
