Pero esta magnífica noticia para nuestros payeses se desinfla al escarbar en la realidad del país de Trump: la sobrasada de Mallorca que se comercializa en Estados Unidos es una absoluta falsificación. Ni es verdadera sobrasada ni mucho menos es de Mallorca.
En un extenso artículo publicado en el prestigioso periódico financiero y dirigido a las élites inversoras norteamericanas Bloomberg, la especialista en gastronomía Kate Krader presenta a la sobrasada como el "suave chorizo de Mallorca" que se ha convertido en "la nueva arma de los chefs americanos".
Sin embargo Bloomberg y Krader ocultan una realidad incuestionable: ninguna empresa mallorquina, ni española, exporta sobrasada a Estados Unidos ya que tampoco ninguna de ellas ha sido certificada por las autoridades estadounidenses para introducir este tipo de embutido de cerdo en el país norteamericano.
Y, paralelamente, la legislación estadounidense no impide que los productores del propio país fabriquen un sucedáneo relativamente parecido a la sobrasada y se apropien del nombre en las etiquetas, aunque no cumplan las estrictas reglas que la Denominación de Origen exige a las elaboradas en Mallorca.
La realidad, pues, es que en Estados Unidos la sobrasada está de moda, se vende como un producto de alta gastronomía, adquiere fama y prestigio en los mejores restaurantes, se cotiza al alza… pero ni es sobrasada ni es mallorquina y, además, no se puede hacer nada desde España para evitarlo.
Un ejemplo de esta fraudulenta realidad es el que se puede comprobar al visitar la web del famoso restaurante Del Mar, del chef Fabio Trabocchi, que abre sus puertas en la capital federal Washington y que recibe a las más influyentes personalidades del Capitolio, la Casa Blanca y los círculos del poder estadounidenses.
Allí la sobrasada es uno de los destacados productos 'Spanish Charcuterie'. Definida en la carta como 'Mallorca spreadable smoked pimenton sausage' (chorizo untable de Mallorca ahumado con pimentón), se ofrece al precio de 14 dólares las 2 onzas. Es decir, 12 euros y medio por 57 escasos gramos.
Otros dos ejemplos de sobrasada fraudulenta norteamericana los ofrece el mismo artículo de Bloomberg: la que comercializa la empresa La Española Meats Inc bajo la denominación Spanish Table y con la marca Doña Juana y la que se sirve en el restaurante Jaleo de Las Vegas fabricada por el artesano de origen italiano Toni Fiasche.
Y, tomen nota, esta es la descripción que de la sobrasada Doña Juana hace su propia empresa comercializadora: "Longaniza semicurada y suave de Mallorca. Cerdo, sal marina, ajo y aceite se combinan en una receta que es lo más parecido a lo que encontrarás en las Islas Baleares".
Seguro que en sus repetidas visitas a Mallorca, la ex primera dama Michelle Obama sí ha podido degustar la verdadera sobrasada de Mallorca y no la estadounidense "longaniza semicurada" con ajo y aceite.
