El batle de Santanyí, Llorenç Galmés, destaca que “estambre especialmente agradecidos a la Fundació Illes Balears porque, además, se encargará de la restauración de la parte construida en más mal estado”. En este sentido, recalca que “estamos hablando de una fortificación declarada Bien de Interés Cultural que fue construida en 1730; por lo cual es un orgullo que sea desde el Ajuntament se pueda dar un uso especialmente seleccionado”.
El precio del alquiler anual por parte del Ajuntament es de unos 15 mil euros para unas instalaciones que, se tiene que recordar, se ubican a Cala Llonga y que el ejército subastó en 1878 para después ser propiedad de Josep Costa Ferrer. Fue, precisamente, su familia que en 1992 lo transfirió a la Fundació Illes Balears.
Respecto a sus características, fue construido por el ingeniero José Muñoz, constituía una guarnición con 4 cañones, cuerpo de guardia por un sargento y 19 hombres y 3 garitas. Se trata de unas instalaciones que tuvieron que ser reconstruidas en 1793 por los graves desperfectos a consecuencia de una gran ola de la mar que entró en Santanyí.
Es una fortaleza de planta cuadrangular con una anchura de 26 metros, que destaca por las troneras situadas a la zona que da al mar, siendo una de las pocas obras militares de este género en Mallorca. La fábrica es de masonería, aunque en algunas zonas aparece la sillería de piedra de Santanyí.
Por todo esto, Llorenç Galmés incide en que “hoy estamos todos de enhorabuena porque a partir de estos momentos ya podemos gestionar directamente Es Fortí y esto se traduce en poder cuidarlo bien y hacerlo mucho más accesible para todos los santanyiners que tanto respeto muestran por estas históricas instalaciones”.