Armengol, de todas formas, no tendrá suficiente para renovar el cargo presidencial con los mensajes de precampaña ni con los objetivos conseguidos que comparte desde ahora mismo a su página web política personal.
La candidata a presidenta puede llegar a la recta final del mandato con un éxito de magnitudes históricas o con una decepción que, incluso, pondría en peligro la mayoría que ahora la mantiene en el Consolat de Mar. Puede llegar con la ley estatal que dará luz verde y efectividad a nuestro deseado Régimen Económico y Fiscal Especial o REIB o aplazarlo para otra época futura y muy lejana.
Todo depende de ella misma y, todavía más, de su compañero de partido y presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Las buenas palabras que ha merecido el Régimen Económico y Fiscal Especial cada vez que se han encontrado los dos pasará este miércoles en La Moncloa la prueba final.
Francina Armengol se encontrará ante la tesitura de ser la primera presidenta autonómica en conseguir un régimen fiscal especial que tenga en cuenta lo que cuesta la insularidad o, si Pedro Sánchez se opone a la medida, acatar las órdenes del líder socialista. Ser o no ser, esa es la cuestión que se tiene que plantear la presidenta balear ante el REIB.
