Ha pasado un mes desde la 'torrentada' que afectó a gran parte del Llevant de Mallorca y que además de numerosos daños materiales, acabó con trece víctimas mortales.

Las calles están como nuevas y las viviendas, que no están precintadas, van recuperando la habitabilidad y renovando el mobiliario. Sin embargo, treinta días después, los sentimientos siguen a flor de piel y los damnificados están asumiendo y, cada vez, son más conscientes de lo que les ocurrió.

Los vecinos de Sant Llorenç des Cardassar agradecen y celebran la gran ayuda que recibieron desde toda Mallorca, pero advierten que el peor daño es el de la pérdida de amigos y familiares, así como el trauma que, probablemente, recordarán toda su vida.

A pesar de esto, en Sant Llorenç des Cardassar no se rinden y siguen arrimando el hombro y trabajando, día a día, para volver a la normalidad. Sin prisas pero con ánimos y esperanza.