En un comunicado, Pimeco ha expuesto que los comercios aseguran que han perdido un 40 por ciento de las ventas y que algunos de ellos han cerrado.
La patronal ha expuesto que hay ciudadanos que, por problemas de movilidad o edad, necesitan llegar en coche hasta la puerta de la tienda, establecimiento o, incluso a Correos, "y con esta prohibición no lo pueden hacer".
"La medida también ha desviado a muchos consumidores hacia otros barrios o zonas de la ciudad por la imposibilidad de acceso directo a las tiendas y restaurantes", han denunciado públicamente.
Por su parte, el Ayuntamiento de Palma ha sostenido que las restricciones de tráfico responden a la aplicación de medidas de un plan que tiene por objetivo conseguir una ciudad "más amable, menos contaminada y donde el centro histórico pase de ser un punto de atracción de coches, a ser un lugar para el paseo y que se facilite además el comercio de proximidad".
Igualmente, Cort ha explicado que desde la aplicación de las restricciones de tráfico en estos lugares, "el número de vehículos ha bajado considerablemente (algunos cálculos apuntan a una reducción de hasta el 70 por ciento)".
Además, han asegurado que las experiencias en el entorno europeo más inmediato y en otras ciudades española "han demostrado que las restricciones de tráfico y las peatonalizaciones son beneficiosas para el pequeño comercio".
Por otra parte, el Consistorio ha recordado que el paseo del Born no está "cerrado en absoluto", puesto que "se permite el acceso a los vehículos de los no residentes mediante la avenida Jaume III, además de mantenerse el acceso por parte del parking Antoni Maura-Parc de la Mar SMAP".
"Las personas con movilidad reducida y los clientes que hayan comprado mercancías voluminosas disfrutan de las correspondientes exenciones a la restricción del tráfico", ha añadido.
Respecto a aplicar la medida solo unos meses al año, Cort ha indicado que "lo único que conseguiría sería generar confusión entre los usuarios, incertidumbre y más multas".