Según ha informado el Consistorio en un comunicado, el objetivo es "informar a los propietarios de cerdos que tienen que ser sacrificados para consumo privado de la obligatoriedad de llevar a cabo un análisis de detección de la triquinosis".
La triquinosis es una enfermedad causada por la triquina, que se puede transmitir a los humanos a partir de alimentos procedentes de cerdos que tienen este parásito.
Así, las personas que llevan a cabo el sacrificio de animales de la especie porcina para destinarlos al consumo privado están obligadas a hacer un análisis al respecto, según establece un decreto de la Conselleria de Salud y Consumo.
En este sentido, estos se tendrán que poner en contacto con el área correspondiente para derivarlos a uno de los 12 veterinarios que colaboran en la campaña.
Una vez conocidos los resultados del análisis, el veterinario se los comunicará al propietario, así como las medidas a seguir. En caso de que el resultado sea negativo, el veterinario se encargará de destruir los restos, mientras que si es positivo deberá comunicárselo al Servicio Voluntario Oficial (SVO), que inmovilizará y destruirá la carne y los derivados de la misma muestra.