Según ha informado la Conselleria de Medio Ambiente, el pasado fin de semana el hombre fue descubierto por el servicio de vigilancia de la Reserva practicando pesca submarina con un fusil, sin boya de señalización y con varios peces capturados, uno de los cuales era un mero de talla antirreglamentaria.
Para estas infracciones, han recordado desde el Govern, se han incoado expedientes sancionadores con propuestas de multas que oscilan entre 601 y 6.000 euros, dependiendo de la gravedad de la infracción.
El procedimiento habitual de los guardas, cuando la cantidad de pescado decomisada es pequeña y el ejemplar está muerto, es destruir la pesca ante el infractor y tirarla al mar. Sin embargo, el mero, a pesar de estar herido, pudo ser liberado vivo.
En septiembre de 2017, la Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca incrementó la vigilancia en las reservas marinas gracias a uno de los proyectos financiados con el fondo del impuesto de turismo sostenible.
Con ello se pudieron duplicar los efectivos y medios de vigilancia, "muy mermados" durante la legislatura anterior, según el Govern.