En un comunicado, ARCA ha alertado de que el local, pintado de azul, usa "un color llamativo y prohibido en el centro histórico de Palma", cuando el otro negocio que antes ocupaba el local tenía la madera pintada de verde igual que el resto de persianas de la fachada.
ARCA considera que el nuevo negocio intenta "llamar la atención" con una "estética invasora" pero ha recordado que "el interés general es proteger la imagen de la ciudad y hacer cumplir la normativa".
La asociación ha indicado que este edificio es una casa señorial del siglo XVII catalogada con un nivel de protección B, que obliga a proteger el conjunto de la fachada y a intervenir en los bajos transformados para recuperar el carácter primitivo del edificio. La ficha del edificio también valora el marés de la fachada.
Además, la entidad ha avisado de que el color del nuevo negocio también entra en conflicto con el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) vigente, que obliga a que los comercios respeten el tratamiento unitario del conjunto de la fachada.
Por ello, han instado a Cort a intervenir aprovechando que el negocio podría no estar abierto aún al público, por lo que "es el momento de hacer cumplir las obligaciones municipales sin excusa".