Según ha detallado en una nota informativa este jueves el cuerpo policial, el 13 de mayo el atracador atacó a una empleada del salón de juegos que, pese a ser grabado por las cámaras de seguridad del local, no pudo ser inicialmente identificado por la ocultación de su rostro.
Desde un principio los investigadores se extrañaron del ensañamiento del autor con su víctima, a la que tras propinarle un fuerte puñetazo en el rostro siguió golpeándola en el suelo hasta romperle un botellín de cerveza en la cabeza, lo que le ocasionó la fractura de la mandíbula y del tabique nasal.
Para identificar al autor, los agentes siguieron como línea de investigación el "inusual" ensañamiento y la posibilidad de que se tratara de un jugador que había perdido mucho dinero y que intentaba recuperarlo.
Los agentes investigaron los movimientos kinésicos -gestos corporales y reflejos propios- para identificar al presunto autor del robo comparando a cada uno de los jugadores habituales que tenían relación con la empleada.
Se obtuvo el perfil de un cliente que, 30 minutos antes de producirse la agresión, perdió 1.000 euros en la ruleta y mantuvo una discusión con la empleada del local, curiosamente, por su intención de obtener gratuitamente un botellín de cerveza.
Tras la negativa de la empleada a entregarle la cerveza, el cliente abandonó el salón para regresar con el rostro oculto y un martillo de fontanero de la mano, oficio que desempeña, consumando su agresión y llevándose los 1.097 euros de la caja recaudadora, tras lo cual estrelló un botellín de cerveza contra la cabeza de su víctima y se llevó otro para beber.
Una vez identificado el autor, se efectuó una entrada y registro en su domicilio con el fin de recuperar la vestimenta que portaba en el momento de la agresión. Tras ser puesto a disposición judicial, el arrestado ha ingresado en prisión.
Desde la Policía Nacional han destacado que el autor es "extremadamente violento y peligroso", motivo por el que tiene prohibida la entrada en varios locales de Manacor, principalmente por sus peleas a puñetazos, el uso de cristales de botellín, tentativas de atropello con vehículo y amenazas de muerte.
Además, al detenido se le imputó igualmente un delito de quebrantamiento de una Orden de Alejamiento respecto a su suegra, bajo cuyo piso residía, fruto de diversos episodios de violencia de género perpetrados sobre su esposa.