Según ha informado el cuerpo en un comunicado, el pasado mes de julio se iniciaba una investigación en el marco de la Operación Fort Knox, en torno a una organización criminal dedicada a la comisión de delitos continuados contra el patrimonio.
Esta se inició al detectarse un incremento en la comisión de dichos hechos delictivos, los cuales atendían a un similar "modus operandi".
Asimismo, las actuaciones policiales se llevaron a cabo con la participación de varias unidades de investigación de la Guardia Civil de diferentes puntos de la isla, en la que se pudo constatar la existencia de dicho grupo criminal, formado por personas de nacionalidad chilena, que opera por puntos turísticos de toda Europa.
En el momento de la detención se encontraban afincados en un domicilio de Magaluf-Calviá, si bien se trasladaban asiduamente de vivienda como medida para evitar su detección, siendo una organización de carácter itinerante perseguida por autoridades policiales de todo el continente y considerada de gran peligrosidad.
El 'modus operandi' empleado consistía en la localización y estudio previo de las viviendas antes de cometer el robo. Para ello, utilizaban vehículos de alquiler de alta gama que cambiaban cada pocos días y a los que retiraban, en el momento de cometer los ilícitos, las placas de matrícula para evitar su identificación.
Posteriormente, a través de empresas de paquetería, remitían los objetos sustraídos inmediatamente a su país de origen para no ser vinculados con los hechos delictivos.
Como resultado del registro domiciliario practicado, se han podido recuperar numerosos efectos de gran valor de procedencia ilícita, que alcanzan una valoración económica aproximada de 100.000 euros, consistente en joyas y relojes de alta gama, dinero en efectivo de más de 20 países distintos, herramientas y vestimentas utilizadas por los sospechosos para cometer los robos, así como albaranes de envíos de dinero y paquetería de los efectos.