Menorca ha perdido un número significativo de turistas desde el inicio de la temporada que no se recuperarán en el devenir del verano. “Es muy importante, empresarialmente hablando que la temporada se inicie con optimismo” ya que repercute en ampliación de las plantillas de las empresas, que este año han previsto una temporada similar a la del año pasado y con el objetivo puesto en el mantenimiento durante toda la temporada. Sin embargo estas expectativas “no se han cumplido y muchos empresarios no han cubierto el coste que esto supone” ha indicado PIME Menorca.
Y no solo preocupan las cuentas, sino “la situación en la que los trabajadores se verán al no poder mantener la ocupación en los mismos niveles a final de temporada o al inicio de la siguiente”.
El optimismo propiciado por la temporada precedente se ha convertido en preocupación, no sólo por los resultados de la presente sino también por las consecuencias que puede tener durante la temporada baja.
Sin duda, el mal comienzo de la temporada significará una pérdida de poder adquisitivo para todos, empresarios y trabajadores. Advierten de que “no debemos obviar esta dificultad afectará a otros sectores como el del comercio, la construcción, transportes, servicios personales, etc”.
Los empresarios invierten en la mejora de sus establecimientos para ofrecer los mejores servicios, pero la PIME de Menorca lamenta que “no es suficiente” ya que, en ocasiones, las decisiones políticas no están ayudando a mantener y mejorar el capital turístico.
Desde PIME Menorca explican lo siguiente:
“Los avances en las intenciones normativas sobre algunas cuestiones y la falta de capacidad de reacción de la administración son los mayores peligros a los que nos enfrentamos.
Decisiones tomadas en el ámbito de Menorca como el cierre al acceso de algunas playas como Macarella o Favàritx, el deplorable estado de la carretera general, que no olvidemos llevamos soportando ya cuatro años, la falta de inversiones en infraestructuras en las urbanizaciones, el estado en el que se encuentran muchas playas, sin arena y sin limpieza, la falta de servicios de socorrismo y de hamacas y servicios, la necesidad de dotar al camí de cavalls con servicios para los usuarios, no están ayudando en absoluto a la mejora del destino. Debemos entender que la imagen que se proyecta de Menorca es de descuido, falta de previsión y de poco interés en tener una isla a punto de recibir visitantes.
Es en estas materias en las que la Administración local puede actuar con mayor diligencia y contundencia.
Otras cuestiones como la limitación que provocará el decreto de posidonia para que los navegantes puedan acceder a zonas costeras, la obligación de sustitución de vehículos de alquiler por eléctricos sin contar con las repercusiones para las empresas locales, la prohibición del alquiler turístico y la estricta zonificación, la creación del impuesto turístico y la subida operada a partir de esta temporada, también son factores que no favorecen que nuestro destino se consolide en los mercados emisores ya que no se emite un mensaje de bienvenida ni invita a fidelizar a nuestros visitantes.
Los datos recogidos entre más de 200 empresas turísticas indican que nuestros visitantes están gastando menos en destino y confirman que la prohibición del alquiler turístico es un factor determinante para ello. La posibilidad de atraer a turistas con mayor capacidad de gasto es uno de los objetivos que siempre ha tenido Menorca y que no somos capaces de alcanzar.
Los sectores de servicios turísticos, especialmente restauración, comercio y de actividades de ocio están ya notando gravemente la consecuencia de la prohibición del alquiler turístico. Otros sectores industriales la han notado en gran medida y se resentirán finalizada la temporada, pequeñas reformas, nuevas decoraciones y rehabilitación y modernización de viviendas susceptibles de destinarse al uso turístico se han ralentizado y más lo harán durante la finalización de la temporada cuando ante la inexistencia de ingresos muchos particulares decidan no invertir en sus viviendas.
Lamentablemente Menorca no ha sido capaz de posicionarse como destino en el mercado vacacional, nunca hemos sido primera opción en la elección del lugar donde pasar las vacaciones. Y en épocas como las actuales, en la que otros destinos resurgen compitiendo en precios siempre salimos perdiendo. Y no aprendemos, no se trata de una circunstancia excepcional, en la trayectoria histórica turística de Menorca viene pasando cíclicamente.
Posiblemente esto haya ocurrido porque ninguno hemos prestado demasiada atención en que podemos hacer para consolidar el destino, a fidelizar a nuestros clientes, en mostrar nuestro destino como el más atractivo del mundo. Es necesaria la recuperación de algunos mercados emisores tradicionales como el británico y la consolidación de otros más incipientes, como el francés.
Para conseguir esto creemos necesario que la visión empresarial en la configuración de las decisiones que afectarán a la economía de Menorca sea más cercana, que éstas vengan acompañadas de unas medidas que minimicen los efectos negativos que puedan producir.
Nuestros empresarios están viendo como en casi todos los ámbitos la Administración traslada la responsabilidad de sus decisiones al empresariado, mientras por otra parte, no ha sido capaz de entender las consecuencias que ello supone para las pequeñas economías empresariales de Menorca.
La tardanza en dar respuesta a muchas peticiones, permisos y autorizaciones, también está perjudicando las posibilidades de crecimiento empresarial, no sólo turístico, sino en todos los ámbitos económicos.
Más empatía, diligencia y traspaso de conocimiento entre el sector público y privado supondría mejores resultados y más inmediatos en la puesta en marcha de muchas políticas. Los empresarios están dispuestos a ello, falta que la administración dé el paso. La oportunidad más cercana está en la revisión del PTI”.