Según han informado mediante un comunicado, la huelga pretende "presionar" a las patronales de Aspel y Abenet para que "muevan ficha" y acepten una subida salarial que permita "mejorar el poder adquisitivo" de las más de 5.000 limpiadoras que trabajan en el archipiélago.
Desde FeSMC-UGT ha insistido en que los representantes de las empresas de limpieza mantienen una postura "inmovilista" tras siete reuniones de negociación, en las que han ofrecido una "rácana" subida salarial que no sobrepasa el seis por ciento en cinco años.
La propuesta del sindicato consiste en un incremento del 18 por ciento en cuatro años, repartido en un cuatro por ciento anual en 2018 y 2019, y del cinco por ciento anual en 2020 y 2021.
Además, explican, otro motivo de las distancias existentes entre representantes de las empresas y los trabajadores es la intención de las patronales de "imponer una penalización al absentismo laboral" cuando la ausencia en el puesto de trabajo no esté justificada con una baja médica.
"Creemos que no hay que castigar sino compensar la fuerte pérdida de poder adquisitivo y la precarización que han sufrido las limpiadoras durante la crisis económica", ha defendido el sindicato.