La falta de ordenanza cívica, que un año más complica la situación de hoteleros, comerciantes y vecinos de la Platja de Palma, ha llevado a una situación extrema a los que allí residen. Y es que un reguero de prostitutas, comerciantes ilegales, turistas incívicos que, un año más, escampan a sus anchas en la zona.
Pero a Cort le parece más relevante aprobar la ordenanza de ocupación de la vía pública para limitar el espacio que ocupan las terrazas en Palma, lo que provocará la reducción e incluso la desaparición de numerosas terrazas en zonas como calle Fábrica o Blanquerna. La aprobación de esta medida se hará efectiva en el mes de julio y su aplicación se prevé para agosto. Mientras tanto, la ordenanza cívica que podría regular el deterioro de la Platja de Palma, se retrasa por decisión del ejecutivo municipal liderado por Antoni Noguera.