María Dolores, viuda y con un hijo, alquiló su casa familiar para poder sobrevivir. Tras morir su marido, se trasladó a otra vivienda y se vio obligada a dejar la que había sido su hogar. La alquiló legalmente con todos las exigencias administrativas pero a los cuatro meses dejaron de pagarle el arrendamiento, el agua y la electricidad.
Al ir a la vivienda a interesarse por el impago, se encontró con que en el interior de su casa ya no residía la persona a la que le había alquilado el piso sino una pareja distinta. Estas personas, a su vez, le dijeron que ellos habían alquilado la casa al inquilino que no pagaba, sin saber nada de esa situación y creyendo que era el propietario legal. Eso sí, no le enseñaron ningún contrato que justificara su residencia en la casa.
María Dolores Miralles puso el caso en manos de una abogado. Después de varias gestiones, contactó a través de su letrada con el abogado del inquilino que no pagaba y que había subarrendado el piso a otras personas. Le ofreció abandonar el piso sin pagar nada de lo que debía, pero rechazó la oferta. Prefería ir a juicio. Evidentemente, mientras se alargan los procesos, él cobra de los nuevos inquilinos y, cuando llegue el juicio, seguramente se declarará en insolvencia.
María Dolores Miralles rechaza solucionar su problema a través de la violencia y reclama una actitud más positiva por parte de los políticos. Asimismo, desearía contactar con alguna asociación de afectados a través de la cual pueda afrontar en compañía de otros perjudicados su complicada situación.
En este mismo espacio pueden ver y escuchar el vídeo con la intervención de María Dolores Miralles en el programa 4 Directe de Canal4 Ràdio.