Antoni Noguera deja el emblemático icono arquitectónico de la fachada marítima peor de lo que lo encontró. La realidad legal se ha impuesto, a través de consecutivas sentencias judiciales, sobre las reiteradas ruedas de prensa y declaraciones periodísticas protagonizadas por Antoni Noguera y su antecesor, José Hila. Ruedas de prensa y declaraciones repletas de hipotéticos proyectos e inminentes anuncios que se han concretado en absolutamente nada.
El origen del conflicto se remonta al momento en el cual el equipo de la alcaldesa socialista Aina Calvo, con José Hila como destacado teniente de alcalde, pretendió compensar a la empresa constructora Núñez y Navarro por la apropiación de sus terrenos en primera línea con solares en el interior del Polígono de Levante.
El gobierno municipal socialista modificó unilateralmente el plan urbanístico y los jueces, en reiteradas sentencias en todas las instancias, han destacado que la seguridad jurídica no puede estar por encima de los intereses políticos. La modificación de la normativa legal se realizó a golpe de calzador para favorecer los intereses electoralistas de los políticos de turno, lo cual ha provocado que ahora todos los terrenos situados en primera línea estén en un limbo jurídico que afecta, también, la supervivencia del edificio.
Noguera no ha dudado en plantarse delante del edificio de Gesa y anunciar proyectos que no eran más que humo. El pasado 7 de agosto de 2015, según se refleja en la propia web oficial del Ajuntament de Palma, el entonces teniente de alcalde Noguera lanzó más vacuos fuegos artificiales al asegurar que “está claro que el edificio es del Ajuntament”, frase desmentida posteriormente por las sentencias judiciales. Asimismo, el ahora alcalde anunció que parte del inmueble se dedicaría a “usos administrativos” y otro sector a “espacios para abrir oportunidades en el campo de las nuevas industrias, principalmente basadas en el diseño y la creatividad”. Evidentemente, la realidad le ha desmentido y no se ha cumplido ninguna de sus promesas.
Hoy por hoy, la situación se ha retrotraído al momento inicial de este lamentable proceso de demagogia política. Todos los planes anunciados por Noguera y Hila han sido desmentidos por la realidad judicial. Los anuncios del equipo de gobierno de Cort se han quedado en nada y en estos momentos el Ajuntament de Palma y la propiedad del inmueble tienen que intentar llegar a un acuerdo sobre el futuro del mismo.
Lo cierto es que la legislatura se encuentra en su recta final, que el edificio de Gesa se ha ido degradando progresivamente, que el Ajuntament de Palma ha sido incapaz de poner freno a su destrucción, que en estos momentos no hay ningún futuro cerrado sobre qué se podrá hacer algún día en el inmueble y que los planes, promesas, declaraciones y anuncios del tándem formado por Antoni Noguera y José Hila se han convertido en papel mojado. En absolutamente nada.
Otra legislatura absolutamente perdida y sin que el alcalde Noguera o el teniente de alcalde Hila hayan conseguido cumplir ni una sola de sus promesas. Un problema, el del futuro del edificio de Gesa, que ya tendrá que solucionar el futuro alcalde o alcaldesa de Ciutat.
