Según ha informado el cuerpo en un comunicado, tras tener conocimiento de que en una oficina de Correos de Palma habían localizado en las inspecciones de los envíos un paquete sospechoso de poder contener en el interior un arma, se desplazaron al lugar guardias civiles de la Intervención de Armas.
Una vez en el lugar, verificaron a través del escáner que el paquete ocultaba un arma corta en su interior, por lo que se citó al remitente del paquete, un residente en la localidad Lloret, para que se trasladara al juzgado de guardia de Palma con el fin de proceder a la apertura del envío en presencia judicial.
Una vez abierto, se comprobó que efectivamente se trataba de una pistola del calibre 635 totalmente funcional, además de 50 botes pequeños que contenían un líquido que será enviado a Sanidad para su análisis.
Esta investigación se enmarca en el Plan de Control de Armas de Fuego (PICAF) que lleva a cabo la Guardia Civil por ser el cuerpo policial con la competencia exclusiva en todo lo referente a armas y explosivos. Este plan persigue que las armas ilegales lleguen al mercado negro, con las consecuencias que ello puede traer a la seguridad pública.