La formación ha apuntado que, con motivo de participar en el espectáculo, los equinos sufren ansiedad, golpes de calor y heridas provocadas por las espuelas y el bocado.
"Se obliga a los caballos a entrar en una plaza y, una vez allí, el jinete obliga al animal a levantarse sobre sus patas traseras una y otra vez, y a moverse y saltar al ritmo de la música", han señalado en un comunicado.
Los animalistas han destacado que en la plaza suele haber dos o tres caballos al mismo tiempo, por lo que es frecuente que se golpeen entre ellos por falta de espacio. "Además, sufren un gran estrés por la presencia de multitud de personas, que los atosigan y zarandean, causándoles ansiedad", han resaltado.
Por otro lado, han indicado que las altas temperaturas les provocan con frecuencia golpes de calor, lo cual puede terminar con su vida. "Ha habido casos en los que el caballo se ha desplomado o ha arrollado a las personas presentes tratando de huir, lo que ha provocado graves traumatismos a los asistentes", han remarcado.
"Estos espectáculos dañan la imagen de Menorca, que debiera ser conocida únicamente por su riqueza cultural y su envidiable patrimonio natural", han concluido.