En concreto, PIME Menorca explica en su estudio que "en Menorca las urbanizaciones son unas de las zonas donde residen temporalmente una parte importante de los turistas que visitan la isla en verano" y ha añadido que estas urbanizaciones "las conforman todo tipo de alojamientos (viviendas turísticas, chales, villas, apartamentos, hoteles,…) junto a un entorno e infraestructuras que necesitan de unos trabajos de mantenimiento y conservación para mantener su atractivo".
Desde el año 2001 la Federació de la Petita i Mitjana Empresa de Menorca - PIME Menorca elabora un estudio propio para conocer su situación al inicio de la temporada turística. El objetivo es el mismo que el primer día, promover la mejora continua de estas zonas turísticas para conseguir que los espacios en el que se mueven preferentemente los turistas se encuentren en perfecto estado.
En el estudio se examinan 34 urbanizaciones de toda la isla atendiendo a 11 parámetros: carretera de acceso, limpieza de la playa, alumbrado público, señalización de tráfico, aparcamientos, vallado de solares, zonas verdes, aceras, limpieza viaria, asfaltado y red de telefonía / internet.
La base para la elaboración del estudio es una encuesta de valoración, abierta a la participación de cualquier usuario, residente o empresario que conozca la situación actual de una o varias urbanizaciones de Menorca.
En líneas generales las encuestas de valoración recibidas este 2018 parecen reflejar en sus resultados una mayor preocupación y sensibilidad, con algunas excepciones, por parte de las administraciones públicas. No obstante, ello no significa que las urbanizaciones de Menorca se encuentren en su mejor versión. Quiere percibirse que, por ejemplo, los ayuntamientos van prestando, poco a poco, una mayor atención a estas zonas turísticas, reconociendo la importancia que tienen para la generación de riqueza para un municipio.
Sin embargo, en algunos aspectos la predisposición e interés podría ser mucho mayor por parte de los responsables políticos. Se acometen aquellas actuaciones que a lo mejor requieren de un menor esfuerzo para las arcas públicas, dejando para más adelante, y sin la fijación de plazos de ejecución, aquellas inversiones más costosas y a su vez más necesarias.
Mención especial debe hacerse este año a la falta de programación de algunas actuaciones que requieren de obra civil en la vía pública. Estas deberían ejecutarse siempre antes del inicio de la temporada turística. De noviembre a abril se considera que hay tiempo suficiente para planificar mejor las acciones que puedan llevar aparejada un proceso de licitación anterior o que, más sencillo, se realicen por servicios técnicos propios. Parece siempre hablarse de lo mismo, pero no debería esperarse a la llegada del buen tiempo para su ejecución, y provocar que los visitantes tengan que convivir en su descanso con obras en espacios públicos turísticos.
A ello hay que seguir añadiéndole la situación de provisionalidad de la carretera Me-1, donde desde hace más de cuatro años hay en algunos de sus tramos limitaciones de tráfico por obras. Las mejoras de las infraestructuras públicas son importantes, pero también lo es su planificación y la forma de ejecución fuera de la temporada turística.
En otro orden de cosas, desde PIME Menorca de nuevo debemos aprovechar la ocasión insistir en la necesidad de planificar proyectos para invertir en la modernización de las urbanizaciones y adecuarlas a las exigencias de los actuales turistas.
Por su importancia economía, el actual proceso de revisión del Plan Territorial Insular de Menorca, como documento urbanístico definitorio del modelo territorial de la isla, debería garantizar que todas las urbanizaciones contasen con las infraestructuras y suministros básicos, en beneficio tanto de visitantes como de residentes. Las promesas y compromisos anunciados durante años debería ver sus frutos en los próximos años o, atendiendo a la velocidad en que se mueve el mercado turístico, Menorca puede correr el riesgo que sus urbanizaciones queden obsoletas y falta de servicios esenciales.
El turismo como motor de la economía de Menorca necesita que las urbanizaciones se encuentren en perfecto estado, para poder competir con otros destinos con espacios mucho más modernos y ajustados a las demandas reales.
En este 2018 además de un inicio discreto en la llegada de turistas durante los meses de abril y mayo (por debajo de las cifras registradas en 2017), los pocos visitantes se han encontrado que varias de las playas urbanas que habitualmente contaban con hamacas, sombrillas, elementos náuticos,… no disponen aún de este tipo de servicios. Habiendo varias administraciones públicas competentes en la materia implicadas, los ayuntamientos afectados han retrasado su licitación.
Ello junto con un procedimiento administrativo complicado ha provocado que a punto de entrar en el mes de junio en varias playas de Menorca no se hayan ni adjudicados los lotes previstos a las empresas concesionarias. Otro punto que no ayuda a la imagen del destino en los mercados emisores. El turista en sus momentos de ocio y descaso espera encontrar cuantos más servicios y comodidades mejor.
Su cumplen 18 años del primer estudio de las urbanizaciones que realizó PIME Menorca. A modo de conmemoración también se adjunta el cuadro final con los resultados que arrojó la encuesta elaborada en 2001 (1ª edición). El número de urbanizaciones era más reducido (se ha ido completando con el paso de los años), y de entre los parámetros destaca, por significativo por sí solo, que la red de telefonía / internet no formaba parte de dicho estudio.
En este caso echar la vista atrás sirve para comprobar cómo, a diferencia de las percepciones personales que cada uno pueda tener, las valoraciones en 2001 eran peores que las actuales. Ello no significa que deje de reivindicarse la imperiosa necesidad de que todas las administraciones públicas, principalmente ayuntamientos, deban invertir en la mejora continua de las urbanizaciones. Todos debemos seguir trabajando para que día a día los espacios en el que se mueven preferentemente los turistas se encuentren en el mejor estado posible, y sin caer en la autocomplacencia.