La doctora Inmaculada Failde, especializada en Medicina Preventiva y Salud Pública y catedrática de la Universidad de Cádiz, se hizo cargo de la sesión sobre actividad física y dolor, haciendo hincapié en que los beneficios de la actividad física y el ejercicio físico en personas sanas están bien demostrados.
En cuanto al efecto del ejercicio físico sobre el dolor, ha recordado que existen evidencias de que mejora la función física, la intensidad del dolor y la calidad de vida. “Sin embargo, estos efectos se han mostrado esencialmente en pacientes con enfermedades musculosqueléticas como la artrosis, esencialmente de rodilla y cadera, la lumbalgia y la fibromialgia. En estas condiciones, los beneficios son moderados y solo en algunos estudios sobre artrosis o lumbalgia los efectos son más evidentes especialmente sobre la intensidad del dolor”, ha matizado.
El doctor Mike Cummings, director médico de la Sociedad Británica de Acupuntura (BMAS), ha sido otro de los ponentes en este encuentro científico, donde ha recordado que la evidencia respalda la eficacia de la acupuntura a partir de estudios con grupos de control y con resultados en la práctica clínica.
En otra de las sesiones de este encuentro científico, la profesora Raquel Abalo, catedrática de Farmacología de la Universidad Rey Juan Carlos en Madrid, ha explicado que la inflamación producida por la colonización del tubo digestivo por patógenos puede ocasionar dolor en el mismo (dolor abdominal), que puede ser muy persistente incluso cuando ya no es evidente la inflamación, por sensibilización de las fibras sensoriales locales, como en el síndrome de intestino irritable postinfeccioso.